BARRA

domingo, 3 de noviembre de 2013

EXISTE UNA CUARTA VÍA

El diario El País publica una encuesta que refleja el apoyo social que tiene la conocida por tercera vía catalana, consistente en diseñar un nuevo marco de relaciones entre Cataluña y el resto de España y que pasaría por establecer un federalismo asimétrico a favor de Cataluña con muchas competencias exclusivas, la recaudatoria incluida, garantizadas en lo que tendría que ser una nueva Constitución. Esa vía, auspiciada por Durán i Lleida y avalada en secreto por Rajoy, no es posible pero podría alumbrar otras.

A diferencia de la muchos que se reputan analistas, me he preocupado por estudiar el federalismo y éste no cabe en ningún lugar sin que previamente se reconozca la soberanía a las partes que inmediatamente después vayan a federarse. Es lo único que les falta a los nacionalistas catalanes para cerrar su círculo, el reconocimiento de España de la soberanía catalana. Luego a la solución federal se le puede llamar de cualquier forma menos solución.

Cuestión distinta es que mantuviesen sus objetivos con la excepción de convertir a Cataluña en un estado federal. El desastre del Estado de las autonomías, consecuencia del “café para todos” de Suárez y su ministro Clavero Arévalo, no puede continuar en España sin abocarnos a una espiral de pobreza cada vez más rampante. Es necesario terminar con él y la red clientelar que se ha tejido durante más de treinta años a su alrededor. Sin embargo, de la misma forma que no se puede dejar de reconocer a la nación España como un hecho existencial al margen de la voluntad de ser o de no ser de sus ciudadanos, es decir, a España como sujeto de soberanía y por lo tanto indivisible según la tesis no rebatida de Bodino, tampoco se pueden pasar por alto los hechos diferenciales que los pueblos vasco y catalán presentan dentro del marco nacional español.

En palabras de Unamuno, si uno es vasco (y añado yo catalán) es español dos veces porque al espíritu ultraindividualista del español se ha de añadir la especialidad vasca y catalana que lo conforman. Los diferentes episodios de tabla rasa que han jalonado nuestra historia, tanto con libertades como sin ellas, no han hecho más que enquistar los problemas y hacerlos brotar posteriormente con mayor virulencia.

La ventaja fundamental de esta vía, que no puede ser considerada tercera sino cuarta por distar tanto de lo propuesto por Durán i Lleida, es que la reforma drástica del Estado de las autonomías precisa de la apertura de un proceso constituyente que, concebido en un marco de libertad en donde quedase garantizada la deliberación ciudadana, nos sirviese a todos los españoles para decidir sobre aspectos tan irrenunciables como la ley electoral, el modelo de Estado, la forma de gobierno, la forma de Estado, aspectos que sin la debida decisión popular directa cuestionan absolutamente el carácter democrático de un sistema político.

La gran desventaja de esta cuarta vía es que no hay una sola corriente política que la defienda.

Lorenzo Abadía.
http://www.mandoadistancia.me/existe-una-cuarta-via/

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